El Yin y el Yang se pueden considerar como los poderes que hacen posible la realidad física; sin estos dos contrarios, las formas de tiempo y espacio, luz y oscuridad, masculino y femenino, dimensiones (por ejemplo, cerca y lejos, arriba y abajo, izquierda y derecha), nada sería posible en el mundo físico. En las culturas antiguas la gente comprendía muy bien todo esto. De hecho la Biblia comienza : Al principio creó Dios el cielo y la tierra[...] Dijo Dios: "Hágase la luz". Y la luz existió. Vió Dios que la luz era buena; y separó la Luz de la tiniebla: llamó Dios a la luz "día" y a la tiniebla "noche".
En la antigüedad los sabios estudiaban estos contrarios para comprender sus naturalezas. Descubrieron que en el cielo estaban el Sol, la Luna, las estrellas y los planetas, y que todos enviaban una lluvia de energía sobre la Tierra en forma de luz solar, rayos cósmicos y fuerzas gravitatorias. Del cielo también emanaban otras fuerzas: el viento, el tiempo atmosférico, las estaciones y los climas. Estas fuerzas provenían de arriba y seguían un camino descendente hacia la Tierra; se la llamó yang.
En general la fuerza yang hace que las cosas se contraigan o se acerquen a la Tierra, la gravedad, por ejemplo es yang.
Los sabios también descubrieron que la Tierra, por su parte, tenía una naturaleza totalmente diferente. Gira sobre su eje, haciendo que la energía vuele hacia fuera y hacia arriba, hasta el cielo. A esta fuerza la llamaron yin. Tenía una influencia expansiva.
Las cosas que crecen hacia arriba, como los árboles y muchas plantas, son yin. La contracción o la fuerza yang es lo que se contrae y aprieta hacia abajo, hacia el centro.
El yin y el yang tienen también otras características. Las cosas yin son más pasivas, más ligeras, porosas y húmedas, mientras que las cosas yang son más activas, más pesadas, densas y secas. El cielo, como creador de todas las cosas, es el elemento más activo o más yang, mientras que la Tierra, la receptora del cielo, es el elemento más pasivo, más yin.
Lo importante es que nos observemos y nos reconozcamos de acuerdo a nuestra naturaleza. El ambiente, nuestras actividades o estilo de vida, nuestros pensamientos y los alimentos que consumimos influyen en nuestro cuerpo, haciendolo expandirse o contraerse. El ejercicio, por ejemplo, tiene un efecto yang o contractivo; tensa y fortalece los músculos, en cuanto se opone a los músculos flácidos, flojos y expandidos. Ciertos alimentos, como la sal, la carne y los quesos secos, tienen un efecto yang, mientras que otros, como la fruta y el azúcar, y algunas bebidas como los zumos de frutas y el alcohol, tienen un efecto más yin en nuestro pensamiento y cuerpo.
Por ejemplo el azúcar y las bebidas alcohólicas, hacen que nuestro cuerpo sea menos coordinado y más descontrolado y nuestros pensamiento se descentre y sea menos intenso. El consumo excesivo de carne u otros alimentos proteínicos nos impulsan a pensar y actuar con más agresividad, y a tratar de controlar nuestro entorno. Se considera que los cereales integrales están el centro del espectro yin - yang; el pescado es ligeramente yang; las legumbres y verduras, ligeramente yin.
Las influencias yin tienden a actuar en la parte superior del cuerpo, desde el plexo solar hacia arriba, mientras que las influencias yang tienden a actuar en la parte inferior del cuerpo, desde el plexo solar hacia abajo. Como todo cardiólogo sabe, la sal ( alimento muy yang) afecta a los riñones, mientras que el alcohol (sustancia muy yin) tiene un efecto inmediato en el cerebro y sistema nervioso.
Si entendemos nuestros desequilibrios podemos entendernos más profundamente y aprenderemos a tomar las medidas necesarias para recuperar el equilibrio y armonía de nuestra vida. De esa manera, podemos ayudar a otras personas a curarse, o bien orientarlas hacia una vida más feliz y equilibrada.
Recopilado:"Cómo leer el cuerpo" Wataru Ohashi
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