1.- ESTAR AQUI Y AHORA; Sentir las cosas tal y como están sucediendo, sin pretender ejercer ningún control sobre ellas. Dejar que los pensamientos fluyan sin modificarlos, cambiarlos o hacerlos desaparecer.
La práctica nos llevará a aceptar las experiencias tal y como son, sintiendo lo que sucede sin huír, aunque se trate de una emoción desagradable. Lo que permite que lo que deba suceder, suceda de un modo completo, dejando que cada experiencia sea vivida en su momento, en el presente.
2.- APERTURA A LA EXPERIENCIA Y A HECHOS; Centrarse en lo que se está viviendo, en vez de centrarse en las interpretaciones que pueden hacerse de dicha experiencia. Sentir y percibir sin usar el lenguaje para interpretarlo o traducirlo, ya que el lenguaje puede darle otras interpretaciones. Así la persona se limita a observar y sentir aquello que surge de un modo natural, sin ejercer control alguno.
3.- ACEPTACION RADICAL; La experiencia se acepta tal y como es, tanto si es positiva como si es negativa, como si fueramos un observador, con la mente abierta sin valorar ni juzgar, sin decir "esto está bien", "esto está mal", "esto es horrible", "esto es maravilloso", etc. De este modo las emociones negativas se ven como normales, no como algo horrible de lo que hay que huír, sino como parte de una experiencia humana que es necesario vivir.
4.- ELECCION DE LAS EXPERIENCIAS; Las personas eligen en qué experiencias desean centrarse. Una vez que hayan elegido una situación, han de vivirla tal y como es, aceptando todo lo que acontezca. De este modo, las emociones, las ideas, las imagenes mentales, los deseos, etc... fluiran durante la experiencia.
5.- RENUNCIAR AL CONTROL; El objetivo final de la práctica es no reducir ni controlar el malestar, experimentando emociones como la ira, la tristeza, la culpa o el miedo tal y como aparecen.
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